domingo, 20 de mayo de 2007

El llanto.

El llanto del niño durmió a la madre cansada de velarlo durante la noche junto al fogón de la cocina, mientras calentaba la leche al fuego donde apoyó la cabeza, y prendió. Casi no se dio cuenta hasta que su rostro ardió entre gritos de auxilio y dolor, inflamando la campana, el mantel, las cortinas y la bata mientras el niño se calmaba deslumbrado por la luz. La noticia del diario decía: “Madre e hijo calcinados mientras dormían”, la policía dijo: “-Hubo mucha suerte en el hecho de que los gritos de la mujer alertaran a los vecinos, eso ha salvado muchas vidas-”.